Por supuesto, con ese orgullo con que los dueños de perros mostramos sus habilidades, yo contesto inmediatamente: "Pues claro". A continuación, le digo Siéntate. Casi siempre me deja quedar bien. Pone el trasero en el suelo y mueve el rabo. A veces pienso que está presumiendo tanto como yo.
Desde el principio, he intentado dar las órdenes a Sirio en español. Eso sí, tengo buen cuidado de que las palabras no se parezcan. Para que se eche, en lugar de Échate, digo Abajo, que se diferencia mejor de Siéntate. Uso también Ven, Quieto, Suelta y Fuera, esta última cuando se pone pesado y quiero que me deje en paz. Para que no coja cosas del suelo o para que deje tranquilo el cubo de la basura, hago un chasquido, algo como Chssst, que funciona bastante bien.
En realidad, hay tres buenas razones para usar palabras alemanas o inglesas:
- Suelen ser cortas y secas, de una sola sílaba.
- Como no forman parte de nuestro idioma, no es probable que las usemos en otro contexto y confundamos al perro.
- Es más fácil que las pronunciemos aisladas y no caigamos en el error de introducirlas en una frase. Nadie en su sano juicio diría: "Sirio, por favor, ya te he dicho tres veces que Sit, caramba".
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