jueves, 22 de septiembre de 2011
Septiembre
Se han ido los veraneantes. Hemos recuperado la playa, los atardeceres y las carreras de Sirio persiguiendo gaviotas, haciendo agujeros y poniéndose perdido.
Estamos cansados, sudorosos, felices. Marco me pone una cerveza, mientras Sirio ronca a mis pies. El cielo debe ser algo parecido a esto.
Nota.- Somos unos delincuentes. Nos podemos ganar una multa por soltar el perro por la playa, aunque esté vacía. Pero, ¡qué placer! Y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Mi perro irá encantado a recogerla. Vamos, que lo está deseando.
Publicado por
Marcela
a las
21:25
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Etiquetas:
Historias de mi perro
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