viernes, 30 de septiembre de 2011

La voz de su amo

Los más jóvenes no sabrán de qué va esto. Ni siquiera yo, que ya voy siendo veterana, puedo dar datos ni detalles. Sólo recuerdo que, en muchos de los discos de vinilo de mi abuelo, aparecía esa etiqueta con la imagen de un perro escuchando un gramófono y la leyenda La voz de su amo. A mí me sabe a infancia y me trae olores de papel crujiente y sonidos de música clásica, baladas francesas y aires latinos.

Y resulta que ahora, tantos años después y gracias a San Google, me entero de que el perro de los discos se llamaba Nipper y de que hay una calle en Kingston que lleva su nombre.

Nipper nació en Bristol en 1884 y murió en septiembre de 1895, once años después. Era un cruce de Bull Terrier y Fox Terrier. Al parecer, se llamaba Nipper ("mordisqueador") porque tenía la costumbre de morder las pantorrillas de las visitas.

Al morir su dueño, Mark Henry Barraud, en 1887, el perro quedó al cuidado de sus hermanos Philip y Francis. En el estudio de Francis Barraud, Nipper solía escuchar atentamente un viejo fonógrafo. Un día se le ocurrió a Barraud que el perro debía estar esperando oír la voz de su amo. Esto le inspiró un cuadro de Nipper y el fonógrafo, que se tituló asi, His master's voice.

La Gramophone Co. Ldt. de Londres se declaró interesada por la pintura, siempre que Barraud sustituyese el fonógrafo por el nuevo gramófono que fabricaba la compañía. Así lo hizo Barraud, que vendió el cuadro y el eslogan La voz de su amo por cien libras esterlinas, el 4 de octubre de 1899. En enero de 1900, la famosa imagen apareció por primera vez en la publicidad de la empresa y acabó convirtiéndose en la marca registrada de HMV Records y  tiendas de música HMV.

Nipper fue sepultado en Kingston, en un pequeño parque rodeado de magnolios. Años después se construyó un edificio sobre el parque. En la puerta puede verse una placa de bronce que conmemora al famoso terrier. En marzo de 2010, se le dedicó una calle cercana, Nipper Alley.

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