martes, 20 de septiembre de 2011

Amateur

El diccionario de la RAE define amateur como sinónimo de aficionado. Lo mismo significa en francés, su lengua de origen. Sin embargo, la palabra deriva del verbo aimer, "amar" e inicialmente quería decir celui qui aime, "el que ama". Es fácil suponer cómo pasó a utilizarse para denominar a las personas que se dedican a algo simplemente porque les gusta, sin ánimo de obtener beneficios. Por amor.

¿Y a qué viene todo este rollo etimológico? Pues a que, en materia de perros, me considero precisamente eso: una amateur, una persona que no es experta en ellos, pero que los ama. Y eso, que parece muy hermoso, es también un inconveniente.

Cuando uno decide educar o adiestrar a su perro por sí mismo, por mucho que intente documentarse y seguir los consejos de los que saben, comete errores. Bastantes errores. Eso es natural cuando se está aprendiendo, pero hay que tener en cuenta que quien los sufre es el alumno. Después de sólo nueve meses de experiencia, es increible la cantidad de cosas que habría hecho de forma distinta si pudiese volver a empezar. ¡Y lo que me queda de meter la pata! No quiero ni pensarlo.

Creo que quizá lo más difícil a la hora de adiestrar es el famoso "timing", el reforzar en el momento oportuno. Parece sencillo al principio, pero con el tiempo me estoy dando cuenta de que no lo hago muy bien. El clicker ayuda, es cierto, pero con clicker o sin él, lo que importa ser rápido, tener reflejos, anticiparse y saber "leer" al perro. Me temo que son cualidades que no tengo, aunque no me rindo. Estoy convencida de que mejoraré con la práctica. Lo malo es que, mientras mejoro o no mejoro, puedo estar confundiendo a Sirio.

En fin, me consuela que no hay nada irreversible, salvo la socialización de cachorro y de eso Sirio ha tenido bastante. Aprenderemos juntos. Él tiene mucho que enseñarme. Al fin y al cabo, yo soy una adiestradora amateur y él es un perro profesional.

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