miércoles, 12 de octubre de 2011

Durmiendo con tu enemigo

Leo, a través de un tweet de Fátima Tavares, una entrevista que publica Noticias 24 sobre los peligros de dormir con tu perro o de dejar que te lama la cara. Como a Fátima, me parece una exageración.

Por supuesto, yo nunca dejaría que me lamiese la cara un perro desconocido, sin saber si está limpio y sano. Pero eso no tiene nada que ver con los perros que viven en nuestra casa, a los que bañamos, cepillamos, alimentamos bien, desparasitamos y vacunamos.

Sin embargo, resulta que los que dan esos consejos en la entrevista, al parecer, son veterinarios. Y como no soy tan atrevida como para llevar la contraria a un especialista en su propio campo, me he puesto a buscar información.

Según un informe elaborado por profesores de zoonosis de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de California y publicado en la revista norteamericana Emerging Infectious Diseases, entre las infecciones transmitidas a las personas por dormir con su perro o su gato, por besarlos o por recibir lametones, se encuentran el anquilosotoma, la tiña, los nemátodos, la enfermedad del arañazo de gato y las infecciones por estafilococo resistentes a los medicamentos.

Pero el propio doctor Bruno Chomel, uno de los autores del estudio, reconoce que el riesgo es bajo. El número de casos es muy pequeño, teniendo en cuenta la gran cantidad de personas que duermen con sus mascotas, más de la mitad de los propietarios en Estados Unidos.

Por otra parte, según el doctor Peter Rabonowitz, de la Facultad de Medicina de Yale, los beneficios para la salud de tener una mascota superan de lejos a los riesgos. Las investigaciones han demostrado que, además de ofrecer apoyo psicológico y amistad, las mascotas ayudan a reducir la presión arterial, incrementan la actividad física, reducen el estrés y mejoran el estado de ánimo, entre otras cosas.

Señala Rabonowitz que las personas cuyo sistema inmunitario está debilitado (enfermos de SIDA o cáncer, ancianos, niños pequeños...) corren un riesgo mayor de adquirir una infección de un animal. También hay mascotas que pueden transmitir enfermedades con más facilidad, como cachorros o perros que tengan diarrea.

Recomienda hábitos higiénicos saludables, como lavarse las manos después de jugar con mascotas y antes de tocar comida. También es importante mantener a las mascotas libres de pulgas, garrapatas y gusanos, así como llevar el control veterinario adecuado.

Nosotros no dormimos en la cama con Sirio, él tiene su propia colchoneta en nuestra habitación. Pero como yo madrugo más que Marco, saco a Sirio a orinar a primera hora. Cuando vuelve a casa, se sube a la cama y se vuelve a domir con su dueño hasta que se levanta. A los dos les gusta y no veo por qué no van a poder hacerlo.

También es un placer para mí, cuando me tumbo a leer, tener a Sirio echado a mi lado, al alcance de la mano. No me gustaría renunciar a esos ratos. Yo creo que cualquier opción es buena, siempre que tú tengas el control, es decir, siempre que se baje de la cama cuando le digas "baja".

Y si te preocupan las teorías sobre los machos alfa y temes que el perro se vuelva dominante, te recomiendo este estupendo artículo de Rodrigo Trigosso, Durmiendo con el enemigo. De él tomo el título de esta entrada.

En definitiva, puede que haya algún riesgo, pero al final cada uno debe valorar si le compensa comparado con los beneficios. Incluso dormir con tu pareja puede ser arriesgado. Quien no lo crea, tiene referencias a un estudio al respecto aquí.

Y es que, como todos sabemos, vivir mata.

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